sábado, 23 de septiembre de 2023

Automedicación en estudiantes de una universidad de Chiclayo

Automedicación en estudiantes de la facultad de medicina de la USAT

Durante las últimas décadas se han creado medicamentos para enfermedades que no tenían ningún tratamiento en el pasado, generándose un gran progreso farmacológico haciendo que la población deposite una excesiva confianza en estos, pensando que dispone de un medicamento específico para cada problema de salud. A partir de ello nace el concepto de la automedicación, definida como el comportamiento individual y consciente de una persona al momento de autoadministrarse medicamentos, con la finalidad de proporcionarse autocuidado, sin prescripción médica.  

Hoy en día, la automedicación es considerada una praxis recurrente en la población tanto nacional como mundial hasta el grado de simbolizar una problemática para la salud pública. Si bien resulta ventajoso que la mayoría de los medicamentos sean económicamente accesibles y resulten beneficiosos si son utilizados adecuadamente y en el momento preciso, el hecho de que se practique un consumo irresponsable de dichos medicamentos, expone al usuario a los diversos peligros que puede acarrear la automedicación. Justamente después de tres años de la coyuntura sanitaria, el miedo y la preocupación por las respuestas del sistema de salud frente a las dificultades médicas, sumado a la poca información ciudadana sobre cómo tratar el padecimiento de ciertos síntomas y/o signos de enfermedades, han incrementado exponencialmente la demanda de medicamentos en la industria farmacéutica. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asevera que más de la mitad de los fármacos en los establecimientos de salud se prescriben de manera incorrecta, y en el caso de los usuarios, la gran mayoría de ellos los consumen inadecuadamente. En el Perú, según el Ministerio de Salud (Minsa) alrededor del 55% de la población opta por automedicarse; entre los principales motivos que fomentan esta práctica, se encuentran las sugerencias de sus familiares, la informalidad con la que operan muchas farmacias y boticas, y la falta de conocimientos sobre los peligros asociados a la automedicación.

Actualmente, se ha reconocido que los jóvenes universitarios son más propensos a practicar la automedicación, especialmente los de la facultad de medicina, dado que, al reconocer algunas manifestaciones clínicas de la supuesta enfermedad, tienden a realizar dicha práctica, percibiéndose a sí mismos como inmunes a los efectos negativos del uso de fármacos. Este comportamiento se encuentra ampliamente extendido alrededor del mundo, en países como Estados Unidos, India, España, Francia y Sudáfrica, donde la automedicación en el ámbito universitario oscila entre el 40 y 90%, y en Argentina y Palestina, un 85% y 98% respectivamente. En Latinoamérica, también existe una tendencia similar, en Colombia los estudiantes mostraron una prevalencia del 47%, y en el Perú, del 83,7% (10), siendo la región de Lambayeque la que presenta uno de los mayores índices de prevalencia, de 98,8%.

Es importante destacar que la práctica de la automedicación predomina en los países latinoamericanos debido al limitado acceso a los servicios de salud, ya sea para obtener una cita médica en corto tiempo o disponer de un centro médico cercano, a la venta libre de fármacos sin la necesidad de receta médica, a los bajos niveles de ingresos económicos y a la fácil disponibilidad de información sobre medicamentos a través de los diversos medios de comunicación.

La gran mayoría de la población no es consciente de los riesgos que conlleva la automedicación, como las reacciones adversas (la intoxicación e incluso la posibilidad de llegar a causar la muerte), el incremento de la resistencia bacteriana, de la dependencia y tolerancia al consumo (disminución en la respuesta del fármaco por uso excesivo e intempestivo), así como las interacciones con otros medicamentos (antagonismo en el efecto entre dos o más medicamentos). Sobre los efectos adversos, dentro de la comunidad universitaria en México, los más frecuentes incluyeron: alergia, mareos y desmayos, shock anafiláctico, aumento de la sensibilidad, irritabilidad, eritemas, braquipnea, náuseas, estreñimiento; mientras que en Venezuela fueron náuseas, dolores estomacales, somnolencia, cefalea y taquicardia.

El presente estudio se justifica debido a las consecuencias perjudiciales que trae consigo la práctica irresponsable de la automedicación, presentando desventajas como un autodiagnóstico erróneo, inadecuada administración del medicamento, desarrollo de efectos secundarios adversos como malestar estomacal, sarpullido, alergia o somnolencia, interacción antagónica de los medicamentos, y riesgo de generar dependencia de consumo.  En general, la automedicación sin la debida vigilancia por parte del personal médico, incrementa la probabilidad de que el paciente desarrolle complicaciones, como el empeoramiento de la salud y daños potenciales para el organismo, por lo que resulta importante la educación sobre la salud, especialmente en el ámbito del autocuidado, incentivando la búsqueda del tratamiento más efectivo a través de la atención médica, recibiéndose así, la información correspondiente al diagnóstico y manejo de la enfermedad para evitarse posteriores complicaciones.

Fuente: González I. Riesgos de la automedicación [Imagen]. 2020. Disponible en: https://boticonsejos.es/riesgos-de-la-automedicacion/

Actualmente, existe una escasez de trabajos investigativos acerca de esta práctica en alumnos del área de la salud en la provincia de Chiclayo. Los resultados del estudio serían de vital importancia porque permitirán conocer cuál es la frecuencia de la práctica de medicación sin prescripción médica por parte de la población estudiantil de medicina de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, motivando a que la institución formadora, fortalezca y concientice el cambio de sus estudiantes hacia conductas saludables. Del mismo modo, la presente investigación se convertiría en un aporte para futuras investigaciones en el área de salud, ofreciendo datos e información pertinente que permitan la promoción de la salud, siendo utilizada como evidencia científica para la formulación de estrategias que incentiven el consumo adecuado de los medicamentos y nuevas políticas para el uso racional de los mismos.

Por todo lo mencionado anteriormente se formuló la siguiente interrogante: ¿Cuál es la frecuencia de la automedicación en los estudiantes de la facultad de medicina de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo durante agosto-diciembre, 2023? 

Para responder a esta pregunta se planteó como objetivo general, determinar la frecuencia de la automedicación en los estudiantes de la facultad de medicina de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, y como objetivos específicos: 1) Describir las características sociodemográficas, económicas y culturales de los estudiantes de la facultad de medicina de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo de Chiclayo durante agosto-diciembre, 2023; 2) Describir el conocimiento sobre la automedicación en estudiantes de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo de Chiclayo durante agosto-diciembre, 2023; 3) Describir las actitudes frente a la automedicación por parte de los estudiantes de la facultad de medicina de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo de Chiclayo durante agosto-diciembre, 2023.

En Lambayeque, una investigación con el objetivo de determinar el nivel de conocimiento, actitudes y resultados negativos de la conducta de los 2093 estudiantes de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, empleó un muestreo estratificado por facultades. En los resultados, se observó que el 54,5% de los participantes presentaban un nivel de conocimiento adecuado, los principales motivos que los llevaron a automedicarse fueron el factor económico (30,4 %) y la autopercepción de síntomas no tan serios (28,9%). Los síntomas más tratados fueron el dolor (83,0%), la fiebre (53,9%) y el prurito (19,0%), y los fármacos más consumidos fueron la pastilla del día siguiente (30.9%), la clindamicina por el sexo femenino (31,2%) y el ciprofloxacino con un 9,8% en el sexo masculino.

En Chiclayo, en una muestra conformada por 100 estudiantes de enfermería del primer al décimo ciclo de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, se utilizó como instrumento el cuestionario (CAuM-ovr), y como resultado, se obtuvo que más del 90% de los universitarios se automedicaban. Los grupos farmacológicos más utilizados fueron los analgésicos y los antibióticos, y el 60% de los estudiantes tenían el conocimiento suficiente para consumir dichos medicamentos. Por otro lado, el 97% sabía qué efectos podría generar la praxis de la automedicación, y solo el 26% de los estudiantes buscaba atención médica en algún hospital del Minsa. Este estudio demostró que la automedicación se ha convertido en un ejercicio muy frecuente entre los futuros enfermeros, por lo que podrían convertirse en una población de riesgo a futuro.

Un estudio realizado durante la pandemia de Covid-19 en estudiantes de ciencias de la salud de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo reflejó que el 23,6% de los encuestados se automedicaban, presentándose una mayor tendencia por parte de las mujeres de entre 21 y 25 años. Las principales razones para dicha práctica fueron la cefalea, aumento de la temperatura corporal, irritación de la garganta, sensación de falta de aire y el miedo de padecer de alguna enfermedad. Entre los medicamentos que presentaban una mayor tasa de consumo fueron el paracetamol, la azitromicina, y los AINES como ibuprofeno y naproxeno, los cuales fueron mayormente adquiridos en una botica o farmacia. Como conclusión, se destacó que las principales causas clínicas de la automedicación fueron síntomas comunes como cefalea y dolor de garganta, mientras que la principal causa no clínica fue el miedo de los estudiantes de adquirir infecciones o contagiarse de Codiv-19.

De aplicar el cuestionario en la muestra estudiantil, se espera obtener como resultado una elevada frecuencia en la praxis de automedicación, siendo la edad entre 22 y 24 años, y el sexo femenino, características predominantes. Los analgésicos y los antibióticos serán los grupos farmacológicos que presentarán una alta tasa de consumo, y en cuanto a los medicamentos específicos, predominará el uso del paracetamol, la azitromicina y el naproxeno. Es posible que más de la mitad de los universitarios presente un nivel de conocimiento regular sobre los medicamentos que consumen, su dosis, duración y efectos. Y en cuanto a la actitud de los alumnos frente a la automedicación, esta evidenciará actitudes preocupantes, dado que la población universitaria no suele consultar con un médico cuando presenta algún inconveniente de salud, optando finalmente por automedicarse.

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